
El Espíritu de nuestros hijos
Cuando me refiero al “Ser Padres”, con frecuencia uso la frase “padres que ejercen” utilizo la palabra “padres” refiriéndome a la pareja que asume la responsabilidad de formar a un ser humano que llegó de sus entrañas y la palabra “ejercen”, porque sabemos que muchos abandonan a sus hijos para que sean otros quienes asuman su responsabilidad.
Ejercer como padres es ocuparnos de que nuestro hijo sienta nuestra presencia viva y permanente, es tener una consciencia clara de que ese Ser que hoy es un niño, mañana sea un adulto capaz y feliz gracias a mi guía.
El alimento, techo y poder enviarlo a la escuela, es el menor de los asuntos a resolver cuando tenemos un hijo. El mayor compromiso que asumimos con él es darle la posibilidad de que recorra un camino de felicidad durante toda su existencia y sepa afrontar los obstáculos que traerá consigo ese camino.
Crear una atmosfera de confianza, tolerancia, sinceridad y aceptación será la base principal para que nuestro hijo desarrolle un espíritu fuerte y es la fortaleza del espíritu lo que les permitirá hacer de su vida lo que deseen.
¿Cómo hacer esto? Asumiendo conscientemente la labor de padres, aceptando lo que somos y dando el 100% de lo que somos, no menos, tampoco más. Cuando damos, menos de nuestro 100%, estamos negándole posibilidades, cuando intentamos darle más, quedaremos con una deuda que jamás tendremos cómo pagar.